SOLO HAY QUE PASAR LA RED, JAVIER


Por Lic. Ignacio Garciarena (*)

 

Cualquiera que haya jugado al tenis sabe que cuando el adversario no tiene un buen día y no logra hacer picar la pelota dentro de la cancha, la táctica más aconsejable es jugar sin riesgos e intentar que nuestros tiros sean conservadores, sin necesidad de arriesgar el punto siendo más osados.

 

En el actual contexto político donde la oposición al gobierno no hace pie, cuando ni siquiera logra pasar la red, y si lo hace la tira afuera, es el momento de jugar relajado, sin buscar el tiro ganador, sin necesidad de buscar el fleje.

 

En contraposición a este consejo, el Presidente Milei busca forzar la situación y parece querer lucirse en cada jugada. Esta estrategia claramente sí le sirvió durante la campaña electoral cuando tenía q demostrar lo que valía, cuando venía peleando por clasificar y posicionarse en los primeros puestos del ranking de la política vernácula.

 

Habría que avisarle que lo logró, que a partir del 10 de diciembre pasado él es el Presidente de la República, que ya no necesita mostrar los colmillos, que solo basta con pasar la red.

 

Bajar cinco cambios sería el consejo, ya que pelearse con propios y ajenos no le está generando demasiados beneficios. Milei es un jugador que viene aventajando a su adversario y se pone a discutir con el árbitro, con el público y hasta con los alcanza pelotas... ¡qué necesidad por Dios!

 

No solo se pelea con a la oposición. También ningunea a propios y ajenos. Echó sin miramientos a funcionarios fieles a la causa, e incluso despachó de manera brutal a quien había sido su amigo por años. Trata mal a la prensa, insulta a mandatarios extranjeros y fustiga a los legisladores locales sin importar su ideología. Es elocuente de esta actitud el destrato que le pergueñó a Ricardo López Murphy, economista como él, ambos profetas de las ideas del liberalismo. López Murphy es además diputados de una bancada, que aunque no es afín al Presidente, sí es aliada. ¿Qué necesidad de escupir para arriba enemistándose con quién levantaría la mano socorriendo a una bancada en franca minoría ente cualquier necesidad parlamentaria?

 

El Presidente Milei parece ser una persona inteligente, pero las peleas que busca dar y su verborragia descontrolada hacen que disimule bastante bien ese talento. ¿Será que lo que le falla es su inteligencia emocional? La oficina de Presidencia seguramente cuente con asesores de imagen y de estrategia política capacitados para entender esto. ¿Nadie lo cuida al Presidente, nadie evita que cometa estos errores no forzados? ¿O todos ellos creen que sobreactuar el papel de macho alfa que destrata a todo el mundo, le traerá beneficios sin sufrir consecuencias?

 

La España de Sánchez ya retiró su embajador de nuestro país. El Brasil de Lula, que no deja de ser el Brasil socio que tantos necesitamos, estuvo a punto de hacer lo propio... ¿son gestos fuertes, no?

 

Quienes apoyamos tardíamente el proyecto libertario, neologismo que aún no logro entender y que me incomoda, esperamos un cambio de actitud. No soportar la opinión de otros parece no ser propio de un liberal hecho y derecho. El Presidente dice ser un seguidor de Adam Smith, pero muchas actitudes que asume parecen alejadas de lo que pregonaba el escocés. Días atrás escuché en boca del economista Gustavo Lazzari esta frase: "Detesto lo que decís, pero daría mi vida por defender tu derecho a decirlo". Eso sí es liberalismo puro, pero no parece ser lo que pregona el Presidente con sus diatribas.

 

Personalmente estoy de acuerdo con la desregulación de la economía, con la eficientización del Estado y de la política. Coincido incluso con el dejar hacer dentro de un marco de respeto mutuo, pero ojo con vulnerar otras libertades en nombre de la propia.... "Nuestra libertad termina donde empieza la libertad del otro", y "no confundamos libertad con libertinaje" son frases q siempre hemos escuchado, y que ahora parecen tomar sentido.

 

Me da miedo imaginar que podríamos perdernos una histórica oportunidad de cambiar definitivamente la matriz decadente y prebendaria, por una matríz productiva, eficiente y abierta al mundo, por culpa de tonterías innecesarias y sin sentido.

 

Señor Presidente, la sociedad lo eligió para conducir los destinos de la  República en este momento tan crítico. Están dadas las condiciones para hacer los cambios que tanto tiempo hemos esperado, y somos conscientes de ello muchos ciudadanos que más temprano o más tarde le dimos el aval  para hacerlo. No desaproveche la ocasión tan tontamente queriendo lucirse con jugadas estrafalarias sin necesidad. Es simple Javier, solo hay que pasar la red.

 

(*) Miembro del Consejo de Administración de la FUNDACIÓN ANDES