CÓMO PERDER EL PODER


Por Alejandro Marchionna Faré (*)

 

 

 

Antes que todo, tengo que declarar algo importante para cualquier lector de este artículo. El Partido Conservador británico ha sido desde mi juventud el benchmark de mis ideas y de pragmatismo político, al mismo tiempo. Además de producir cambios sustanciales en distintos momentos de la historia de su país, los Tories[1] produjeron la gigantesca figura de Winston Churchill, héroe moderno obligado para quienes queremos vivir en libertad y en democracia.

Sin embargo, no hubiera votado por los conservadores en las elecciones de julio de 2024…

 

 

Mi conexión con los Tories y un primer shock

Mi conexión, que se profundizó desde 1975, hizo que empezara a observar con preocupación la formación de un ala euroescéptica que comenzó a dominar el Partido y a jaquear al gobierno de John Major[2]. Gran Bretaña había sido dejada afuera del Mercado Común por oposición de Charles De Gaulle; a su muerte en 1970 el acceso se desbloqueó y la membresía británica en la Comunidad Europea tuvo grandes beneficios para el país y para los demás integrantes del bloque. Pero la desunión partidaria sobre Europa data de los finales de la década de 1980…

 

Esa conexión sufrió un shock muy fuerte con el éxito del “LEAVE[3]” en el referéndum sobre el Brexit[4]. David Cameron[5], de tono jovial y un muy competente participante en los debates en la Càmara de los Comunes, condujo una campaña negligente en favor del “REMAIN[6]”. El gran conductor de la campaña en contra fue el bufonesco Boris Johnson que, por celos y rivalidades personales que datan de Eton y de Oxford, pareció tomar su posición para oponerse a Cameron, quien al perder el referéndum renunció a liderar el partido y por lo tanto al Gobierno.

 

 

Theresa May.

 

La Sra. May sucedió a Cameron. Partidaria del Remainder antes del referendum, ganó la elección interna como Leave. Primera mujer en liderar el Partido desde Margaret Thatcher, inevitable la comparación. May representó al distrito de Maidenhead, Londres, desde 1997 a 2024 en que no fue candidata; actualmente es la Baronesa May. May fue Secretaria del Interior entre 2010 y 2016 bajo Cameron y Primer Ministra entre 2016 y 2019. Equilibrada, eficiente y con una gran vocación de servicio público, en sus puestos obtuvo buenos resultados con posiciones políticas razonables.

 

En la elección de 2017 consiguió una mayoría relativa que la forzó a un acuerdo parlamentario con un partido unionista de Irlanda del Norte.

 

El acuerdo que negoció con la UE por el Brexit no contó con el consenso de su partido, no fue aprobado en el Parlamento y motivó su salida del gobierno. Fue un shock ver cómo la mayoría de los parlamentarios conservadores se embanderaron con posturas patrioteras y muy poco pragmáticas.

 

 

Boris Johnson.

 

Nacido en los EE.UU. porque su padre economista estudiaba en la Universidad de Columbia. Producto de Eton y Oxford, se dedicó al periodismo en sus comienzos. Parlamentario, alcalde de Londres por dos períodos, nuevamente parlamentario. Hizo fuerte campaña por Leave. Luego de la renuncia de su amigo-enemigo David Cameron, fue Secretario de Relaciones Exteriores de Theresa May y luego su sucesor como Primer Ministro. Su propuesta de “Brexit duro” fue lo que finalmente se impuso en la negociación con la UE y en el Parlamento; el trámite requirió una maniobra parlamentaria para la que manipuló a la Reina Isabel II, y que fue revocada por la Corte Suprema en un dictamen adverso único para la monarca. Esta manipulación constitucional no pasó inadvertida para quienes reverencian las instituciones.

 

En 2019 convocó a elecciones generales donde su gestión del Brexit fue plebiscitada con una amplia mayoría parlamentaria. Sin embargo, su track record de mentiras, fiestas en Downing Street durante la cuarentena del Covid-19 (ecos de desvaríos criollos), elitismo en los nombramientos, prejuicios y amiguismo en la asignación de contratos oficiales opacó su acción de gobierno. A una buena gestión de la campaña de vacunación en 2021, se le contrapone una reacción lenta ante la pandemia en 2020 y tres cuarentenas muy duras. Los escándalos se apilaron: el Partygate ya mencionado, la financiación de arreglos en Downing Street, la defensa cerrada de parlamentarios y funcionarios con problemas éticos severos.

 

Finalmente, en julio de 2022 Rishi Sunak, Sajiv Javid y otros 120 miembros del gobierno presentaron sus renuncias ante el cúmulo de errores y escándalos. El 7 de julio Johnson renunció a su puesto de Primer Ministro.

 

 

Liz Truss.

 

Este capítulo deberìa ser corto, como su mandato: 13 días. En septiembre de 2022 derrotó a Rishi Sunak con retórica extremista y fue elegida líder del Partido. Fue la última en recibir mandato de formar gobierno de la Reina Isabel II en su último acto oficial. Truss fue comparada con una lechuga, un ejemplar duró más en la góndola que ella en su gobierno. Su paso por Downing Street[7] será recordado por la desconexión con la realidad y el desafío a las leyes de la economía y a los mercados. Su gestión generó una crisis financiera que la eyectó del puesto y destruyó por muchos años la percepción de competencia en el manejo de la economía para los Tories.

 

 

Rishi Sunak.

 

Rishi Sunak llegó al cargo de Primer Ministro a los 42, el más joven desde el Conde de Liverpool en 1812. Hijo de padres hindúes inmigrantes de África del Este, fue educado en el Winchester College (un Eton de zona más rural), en Oxford estudió política, filosofía y economía y recibió un MBA de la Universidad de Stanford. Trabajò en Goldman Sachs y luego en el hedge fund TCI en el que llegó a ser socio antes de formar con otros colegas el fondo Theleme Partners. En 2009 se casó con Aksata Murty, hija de N. R. Narayana Murty, co-fundador y actual presidente emérito del gigante indio Infosys. Aksata estudió en el college en que dio clases Peter Drucker en sus últimos años y obtuvo un MBA en Stanford.

 

En 2015 fue elegido parlamentario por Richmond, Yorkshire. En 2018 fue subsecretario de Gobiernos Locales, en 2019 apoyò la candidatura de Boris Johnson y fue viceministro de Finanzas; en 2020 chancellor of the Exchequer. En julio de 2022 fue uno de los lìderes del movimiento de renuncias por razones éticas. En la elección de líder en septiembre de 2022 perdiò ante Liz Truss; ante su renuncia fue nombrado líder del Partido (y Primer Ministro).

 

Su gobierno y la campaña electoral de 2024 fueron un verdadero barco sin timòn. Sunak pasó de ser el salvador mesurado frente a la irresponsabilidad de Truss a un demagogo en búsqueda de votos anti-inmigraciòn (?). Condujo a los conservadores a su derrota histórica más dura, peor aún que la debacle de 1997 ante Tony Blair.

 

 

¿Lecciones universales, quizás?

 

El Partido Conservador británico ha sido calificado como el partido natural de gobierno de ese país desde comienzos del siglo XIX. La observación de su actuación en el período 2010-2024 puede ser que genere lecciones universales sobre cómo perder el poder.

 

Pero quiero señalar las que me parecen más pertinentes para políticos argentinos en general, pero en particular para los del arco de centro-derecha.

  • Cuando los pueblos maduran, los partidos hegemónicos pierden la garantía de ejercicio exclusivo del poder porque los ciudadanos no compran más slogans sino que buscan explicaciones veraces y propuestas factibles.
  • Los partidos naturales de gobierno se corrompen y esclerosan en el poder casi sin excepción. Cuando pierden las elecciones deben hacer un profundo examen de conciencia, evitando la polarización hacia los extremos. La solución a las crisis partidarias suele estar en ser coherente con la oferta identitaria del partido: si uno es conservador, no puede proponer políticas socialistas. Además, debe ampliar su base hacia posiciones moderadas que amplían el atractivo del partido.
  • La alternancia es la única forma en que los partidos políticos se mantienen competitivos. Un tiempo en el llano es necesario para purificar y reordenar la oferta de programas y personas.
  • Sólo son útiles en la democracia los partidos políticos con vocación de ejercer el poder de manera responsable. Los partidos testimoniales suelen empujar el debate político hacia posiciones extremistas que son incompatibles con el ejercicio del gobierno.
  • Para ganar el poder, los partidos políticos deben ser amplios y sin sectarismos, pero con la suficiente consistencia que permita que haya líneas internas que no amenacen constantemente la existencia misma del partido.
  • Los partidos políticos deben ser competitivos sobre la base de la integridad de sus dirigentes, de la condición no populista de su oferta y de la capacidad en el ejercicio del poder. Si sólo aspiran a obtener el poder sin mejorar la situación de su país caerán rápidamente vicios comparables a aquellos que los llevaron a su derrota previa.

 

(*) Presidente de la FUNDACIÓN ANDES

 

[1] Nombre coloquial dado a los conservadores.

[2] Primer Ministro entre 1990 y 1997.

[3] En castellano, PARTIR

[4] Sigla que representaba la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea

[5] Primer Ministro entre 2010 y 2016; Secretario de Relaciones Exteriores entre 2023 y 2024

[6] En castellano, PERMANECER.

[7] En el número 10 de esta calle está el despacho y la vivienda oficial del Primer Ministro.